lunes, 21 de febrero de 2011

Entrada 9

            ¡Buenos días, mundo!

            Cuando cruzo la cafetería de César a las 7:58 tan solo un “paisano” se encuentra tomando su café en un extremo de la barra. César se encuentra preparando los “pinchos” para el desayuno en la cocina y, exceptuando el sonido del televisor, en el local, reina el silencio. 
—Buenos días, Julio —me dice César mientras se pone “manos a la obra con mi café”
—Mira César – por la televisión ponen imágenes de las últimas revueltas en el mundo árabe. A las protestas de Irán, Irak, Argelia, Yemen, Bahrei, se ha sumado ahora Marruecos. Si el último día decíamos que las revueltas se iban extendiendo y que no tardarían en llegar a Marruecos, ¡ahí las tienes! —digo señalando hacia el televisor.
—De ahí a que se manifiesten en Huelva, un “pasito” nada más —comenta César.
—Un “despistao” que se manifieste un poco más arriba de donde creía, y ya la tenemos liada —respondo—. Lo malo que tenemos es que, en Egipto, Túnez, Irán, Bahrei y todos esos países árabes, las protestas estaban muy claras, pidiendo la dimisión en el poder de Uno sólo que lo acaparaba todo; en nuestro país tendríamos que manifestarnos para pedir el cese de unos “cientos” o “miles” y ¡a ver como se hace eso! —añado.
—Lo mejor será que cada uno se encargue de su pueblo —concluye César.
—Más ladrones que roban menos cantidades en lugar de uno solo que lo roba todo. Eso va a ser más difícil —añado—. De todas formas mira que hay que ser ladrón y ambicioso. Mubarak por lo visto tenía “robado” en un banco de Suiza cantidades cercanas a los 40.000 millones de euros. ¡Joder, tío! ¡Lo tuyo es vicio! Si ya has robado 4.000 mil millones, ¡coño! ¡Retírate a disfrutarlo! ¡Deja sitio para que robe otro! ¡Que te vas a morir robando y no te va a dar tiempo a disfrutar de elloooooo!!
—A los de Túnez les salió un poco mal —el “paisano” del extremo de la barra no puede evitar entrar en conversación—, fueron a abrir la caja fuerte del expresidente pensando en encontrarse “el oro y el moro”… —“me sonrio al escuchar esta última frase pues por mi cabeza pasa la imagen de un moro escondido en la caja fuerte de Ben Ali”— … ¡y se la encontraron vacía!
—Eso es porque la han abierto a final de mes —comenta ingeniosamente César— si la hubieran abierto a primeros…
—De cualquier manera —añado—. ¡Hay que ver como corrompe el dinero! ¡Ten cuidado, Paco! ¡No te nos vayas a corromper! —Paco quien, con retraso, se encuentra ya tomando café sentado una mesa cerca de mí, sonríe— manejando tanto sello, ¡quien sabe!, sellito a sellito, ¡igual amasas una fortuna!
—¡No! Por eso yo ya no quiero ser jefe —contesta sonriendo— para no corromperme. Mira el antiguo jefe, que tenía “amasados” unos 27 millones de euros, a base de postal Express…
—Bueno, mientras pienso en la fortuna que puedo yo amasar corrompiéndome, ¡que sea un buen día para todos! —digo a modo de despedida; son las 8:08 y, abrochando abrigo, me encamino a la puerta de la cafetería.
—Mejor que sea bueno, porque si es malo… no nos soluciona nada —responde César.
Y, aunque encontraran la caja fuerte de Ben Ali vacía, parece ser que haberlo lo hubo…: La fortuna que escondía el ex-dictador tunecino Ben Ali