lunes, 14 de febrero de 2011

Entrada 6

       ¡Buenos días, mundo!

       Una espesa niebla cubre por completo la localidad. Poco antes de entrar en la cafetería de César vislumbro entre nubes, como aparecida en una película de Drácula, la corpulenta figura de Paco, que se acerca. Entro en la cafetería sin esperarle.

       —¡Buenos días! Ya veo la figura de Paco que se acerca —digo dirigiéndome a César quien inmediatamente se pone a hurgar en la máquina de café que empieza a “chuflar” como las antiguas locomotoras, de forma ensordecedora.

       Paco entra y, a pesar de tener disponible su sitio favorito, se acomoda en una banqueta junto a mí, en la barra. Comienza a hojear el periódico que tenía más a mano.

       —Hoy no quieres prensa deportiva y eliges prensa “ordinaria” —le comento intrigado.
       —Sí, es que hoy me encuentro… relajado —comienza a hojear rápidamente el periódico —, y eso que no pongo mucho interés.
       —La mayoría de las noticias… catástofres o mentiras —le digo.
       —De hecho hay veces que rellenan con algunas noticias que yo creo que se inventaron hace tiempo y no publicaron en su momento —afirma Paco.
       —Tú, hoy, no sabes que publicar o estás aburrido y te sobra tiempo y,  te inventas una noticia, o escribes lo que se te ocurra sobre algún lugar recóndito y lo archivas, que ya lo utilizarás cuando necesites rellenar. Podríamos publicar sobre noticias totalmente inventadas y, a lo mejor, acertábamos en un 80% —afirmo. 
       —¡Claro que sí! —comenta Paco— con tener un par de “coordenadas” muy claras, escribes una noticia sobre… el Yemen… —dice “a voleo”. Hubo un famoso periodista, natural de esta zona, que de corresponsal en Israel durante la guerra de los seis días, se dice que escribió todas las crónicas sin salir de la habitación del hotel, rodeado de mujeres. ¡Y eso que era bajito y feo! —añade con expresión divertida.
       —¡Para noticia ésta! —dice César mostrando la portada del periódico “La Gaceta” (periódico poco popular pero del que César dispone en atención a dos o tres personajes de la localidad)—. “Los etarras en Venezuela tienen un empleo fijo, elevados sueldos y se jubilarán a los 60 años”. ¡Hay que ver cómo les gusta “chinchar”!
       —¡Qué jodíos! —exclamo riendo—. Los nuestros se van a picar y a convocar huelga o manifestación por agravio comparativo. Además, si los de Venezuela tienen altos sueldos se reproducen fácilmente, según el Ministro de Trabajo, y los de aquí que “no se comen un rosco”  —añado recordando el comentario del Ministro de la semana pasada.

       Son las 8:07 y Paco ya se ha despedido de forma un tanto apresurada. Yo abrocho abrigo, enfundo mitones y procedo a hacer lo mismo.

       Camino del trabajo Radio Nacional no para de sacar noticias sobre “más de lo mismo”. Estamos en plena campaña electoral y “la campaña” de los partidos principales son críticas a sus opositores. Zapatero critica que toda la campaña del Partido Popular se resume en “la culpa es de Zapatero”. Pero, ¿y él? ¿Acaso no hace lo mismo? Atrás quedan los tiempos en las que los partidos hacían campaña defendiendo sus propias ideas, programas o intenciones. “Puedo prometer y prometo…”, recuerdo mientras conduzco entre intermitentes bancos de muy espesa niebla