miércoles, 9 de marzo de 2011

Entrada 14

¡Buenos días mundo!

“Una semana sin ninguna entrada debido, en parte, a unos merecidos días de descanso laboral”

            —Los eché a todos —dice Bea según traspaso la puerta de la cafetería. De nuevo, turno de Bea y la cafetería de César completamente vacía.
            —Toda la barra para mí —le respondo. Me acomodo al final de la barra, en el sitio que suele ser mi habitual, y pido el café. En seguida llega Jose que procederá a invitarme.

“Próxima huelga de los trabajadores de AENA para Semana Santa, las revueltas en Libia y Yémen, nuevas revueltas en no se cuantos sitios más —las noticias por la televisión se suceden rápidamente—. Hoy se cumplen 10 años de la supresión del servicio militar obligatorio…”
            —¡Qué pena! —dice Bea—, ¡con lo bien que le vendría la mili a alguno que yo me sé! —en su mente se dibuja la imagen de su hijo—. Igual espabilaba un poco, ¿no?.

            En la televisión habla ahora Zapatero sobre la postura del Gobierno ante la represión de Gadafi contra las revueltas Libias. Lo hace muy lentamente, adormeciéndonos, como si estuviera pensando cada palabra que va a decir a continuación…
            —¡Cómo habla este hombre! —dice Paco, que acababa de sentarse a tomar su café—. ¡Es que cada vez que habla me emociona! —añade con su característico humor—. ¡Me llega al corazón! ¡Muy dentro, muy dentro! —dice golpeándose el pecho muy suavemente.
            —¿Emocionarme? —contesto yo— ¡A mí me estaba durmiendo!. No se sabe el discurso y lo va mal improvisando… ¡En fin! —añado—, antes de que la somnolencia me venza me pongo en marcha —son las 8:07 pero ya tengo abrigo abrochado y guantes puestos— ¡Buen día!. Luego más y mejor.

            Camino del trabajo escucho por la radio la que, sin duda, es la noticia del día: “Un convento de monjas denuncia el robo de 1,5 millones de euros. Más de un millón de euros (exactamente 1,5), la mayoría en billetes de 500 euros guardados en bolsas de plástico en un armario. Ese es el robo que las responsables del monasterio de Santa Lucía --una comunidad cisterciense femenina y de clausura que lleva casi medio siglo ubicada en el barrio zaragozano de Casablanca-- denunciaron el pasado lunes a la policía.”
           “Vaya —pensé—, ya decía yo que me habría ido mejor si me hubiera dedicado a la carrera eclesiástica…”